Había nacido encerrada en un rayo de sol
y en un vuelo de mariposas doradas.
Y sus ojos de brasas y cabellos de plata
iluminaban la noche antillana.
El adivino decía que Remedios, la bella
era un don mandado por el cielo
tras años de hambre y de espaldas dobladas
para la gente de Santa María.
Lai lai lai la la
El cielo trajo a Remedios, la bella
Lai lai lai lai la la la la
El cielo la tomó y la trajo aquí
El tiempo pasaba perdido entre los filtros
y los ungüentos de Melquíades, el gitano.
En la plaza repleta de jaulas de pájaros,
de churros y de huevos de iguana,
Remedios, la bella, caminaba ligera,
como un ángel caído de casualidad
entre los turistas extranjeros y
los gritos de los gallos en el
mercado de Santa María.
Lai lai lai la la
El cielo trajo a Remedios, la bella
Lai lai lai lai la la la la
El cielo la tomó y la trajo aquí
Un rayo de luz cegó el Caribe,
y Remedios, la bella, voló,
con el vestido de trapos inflado por el viento
y una lluvia de mariposas doradas.
Y la gente miraba el hoyo en el cielo
mientras doña Esperanza rezaba
"no es lugar para los ángeles un puesto de especias
en el mercado de Santa María".
Lai lai lai la la
El cielo se robó a Remedios, la bella
Lai lai lai lai la la
El cielo la tomó y se la llevó lejos
Lai lai lai la la la la
Lai lai lai lai la la la la
Lai lai lai la la la la
Lai lai lai lai la la la la
El cielo se robó a Remedios, la bella
Lai lai lai lai la la
El cielo la tomó y se la llevó lejos
Música buena para todas las lenguas 