I Ratti della Sabina – Lettera mai scritta (Carta nunca escrita)

Dulce chica de largos cabellos,
sabes que pienso en ti aún,
y pasará este gélido invierno,
pasará también esta noche obscura.

Regresarán las golondrinas en el cielo
y florecerán en los campos las margaritas;
se irán lejos los tanques de estas carreteras
de terracería y se irán lejos de nuestras vidas.

Y tal vez un día te volveré a abrazar,
derrotaremos esta guerra infame que
nos ha dividido.
Que luego no es la guerra lo que
me da miedo, sino que es no volver
a ver tus sonrisas.

Dulce chica que ahora estás distante,
te sueño amiga y mi esposa,
incluso si soñar ahora cuesta un poco
de trabajo. Pero la esperanza, lo sabes,
nunca descansa.

Y tal vez es justamente ésta
la que nos ayuda a pasarla
y a sobrevivir al asco del cautiverio.
La esperanza que sabe volar
más alto que cualquier barricada
y que el ruido de la artillería.

A veces logro imaginar, y me parece verdadero,
el perfume de los campos de trigo
a los que mi papá me llevaba
cuando era niño
y este absurdo conflicto estaba tan lejos.

Dulce chica, estos pensamientos míos
los confío al viento junto a las palabras.
Que tú puedas escucharlas
en el canto de los pájaros
en una mañana iluminada por el sol.

Y si mañana de verdad nos reencontraremos,
ojalá, este mundo parecerá mejor. 
Inventaremos nuevas palabras,
daremos a cada pétalo un nuevo color.

Que tal vez hasta la guerra en el fondo
es una experiencia, pero piensa en cuántos
no la contarán nunca.
Y si debiera estar yo entre ellos,
espero solamente
que no me olvides.

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Duerme, niño, esta noche
porque la oscuridad ya no da miedo.
La guerra termino, la guerra está lejos.
Y la gente pasea por la calle segura.

Ahora es tiempo de recomenzar.
Cuánta sangre por una bandera.
Pero la guerra terminó.
La guerra está lejos.
Volvió la calma después de la tormenta.

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