Puede nacer donde sea,
hasta donde no te lo esperas,
donde no lo habrías dicho,
donde no lo buscarías.
Puede crecer de la nada
y florecer en un segundo.
Puede bastarle una sola mirada
para comprenderte hasta el fondo.
Puede invadir los pensamientos,
ir directo al corazón,
sentarte sobre las escaleras,
dejarte sin palabras.
El amor tiene mil tallos.
El amor es una sola flor.
Puede crecer solo,
y desvanecerse como si nada,
porque nada lo aleja
o lo une a ti para siempre.
Puede crecer sobre tierras
donde no llega el sol.
Abre el puño de una mano.
Cambia el sentido de las palabras.
El amor no tiene un sentido.
El amor no tiene un nombre.
El amor moja los ojos.
El amor reconforta el corazón.
El amor hace temblar los dientes.
El amor no tiene razón.
Es grande, como para
parecerte indefinido,
para dejarte sin aliento,
y su abrazo te alejará
para siempre del pasado.
El amor mío...
eres tú.
El amor mío...
eres tú.
El amor no tiene un sentido.
El amor no tiene un nombre.
El amor no tiene error.
El amor no tiene razón.
El amor hace tiritar los dientes.
El amor calienta el corazón.
Puede volverte mejor,
y cambiarte lentamente.
Te da todo lo que quiere
y a cambio no te pide nada.
Puede nacer de un gesto,
del indicio de una sonrisa,
de un saludo,
de una equivocación,
de un trayecto compartido.
El amor no tiene un sentido.
El amor no tiene un nombre.
El amor moja los ojos.
El amor reconforta el corazón.
El amor hace temblar los dientes.
El amor no tiene razón.
El amor mío...
eres tú.
El amor mío...
eres tú.
El amor mío
eres tú.
El amor mío
eres...
Música buena para todas las lenguas 