Cuando sueñes llegaré
con una flor y una canción
a calentar tu noche
y correr lejos los fantasmas.
Y no me importará más
si el viento impetuoso
gritará maestral a las olas
para asustar a los navegantes.
Y las voces abajo en la ciudad
de los borrachos en los cafés
serán dulce melodía
para el viaje hacia el día.
Tendré una flor y una canción.
Tú me reconocerás
entre el malabarista alegre
y el deshollinador.
Y si un escalofrío repentino
te roza sobre la almohada,
es sólo una caricia
de tu ángel de la mañana.
En tus sueños llegaré
con una flor y una poesía
a enamorar tu noche
y correr lejos las brujas.
Y ningún malvado encanto
me podrá mantener lejos.
Como un faro empeñado
en desafiar a las estrellas en el cielo.
Esa rima adormilada
te acompañará por horas
y por un día entero
dormirá contigo el sol.
Tendré una flor y una poesía.
Tú me reconocerás;
estaré allí entre el conejo blanco
y el sombrerero loco.
Y si un escalofrío repentino
te roza sobre la almohada,
es sólo una caricia
de tu ángel de la mañana.
Y si un escalofrío repentino
te roza sobre la almohada,
es sólo una caricia
de tu ángel de la mañana.