Mamá,
¿qué dices de un romántico en Milán?
Entre los Manzoni prefiero al de verdad: Piero.
Lee,
hay un maniático en la portada del Corriere della Sera.
Su mano para la gitana de Brera
es negra.
Huyes.
De qué huyes, no hay modo de escapar.
Tengo fiebre pero te llevo afuera a tomar algo.
No es nada, quédate tranquila, es sólo el corazón.
Porta Ticinese. Llueve pero hay sol.
Cuando el dandy muere, afuera nace una flor.
Las chavas hacen fila para ver
su tumba que arriba tiene escritas las palabras:
"Yo
los amo,
los amo pero los odio también.
Los amo a todos.
Es bonito, es feo, yo no lo sé.
Yo
los amo,
los amo pero los odio también.
Los amo a todos.
Es bonito, es feo, es sólo esto.
Disculpe,
¿qué piensa de un romántico en La Scala?
Cuando canta las canzoni della mala, se echa
casi cien mil Montenegros y Bloody Mary's
Mocacines amarillos y sentimientos claro-oscuros.
Querida, escribirá sobre los manteles de Navigli
cuánta alegría, cuántos días, cuántos errores,
cuánto frío en los pulmones, qué dolor.
No es nada, no es nada, déjame en paz.
Si la Madonnina muere, nace una flor.
Él no quiere que su novia lea
esas frases grabadas, esas frases amargas:
"Yo
los amo,
los amo pero los odio también.
Los amo a todos.
Es bonito, es feo, yo no lo sé.
Yo
los amo,
los amo pero los odio también.
Los amo a todos.
Es bonito, es feo, es sólo esto.
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La yerba
te hace daño
si la fumas sin estilo
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