Yo vengo, yo vengo, yo vengo,
yo vengo de la luna
que el cielo les atraviesa
y encuentro inoportuno
el miedo por una cultura diversa
que sobre mí vierte
su locura perversa
y llega al punto de que
cuando me ve se desvía.
Y quiere ponerme por debajo
el señorito este
que se enorgullece del santo
que trae pegado en el tablero.
Y no ha comprendido
que no estoy dispuesto, men,
a estar abajo, men,
¡tal vez ni siquiera cuando follo!
Yeah, man!
¡Pero vuelve a tu pueblo,
eres diferente!
Es imposible, vengo del universo,
porque la ruta perdí.
Qué quieres que te diga,
amigo, tú eres de aquí
porque aquí te parió un coño.
¿En qué serías mejor?
Hazme el favor, compadre,
aquí no hay asunto
que tú puedas merecer.
Estás confinado,
pero en tu estado mental.
Yo soy lunático y práctico
donde chingados quiero.
Yo no soy negro, yo no soy blanco.
Yo no estoy activo, yo no estoy cansado.
Yo no provengo de nación alguna,
pero yo sí te llevo
a la luna.
Yo
vengo
de la luna.
Pero yo
vengo
de la luna.
Pero yo
vengo
de la luna.
Pero yo, yo, yo y tú
la traes conmigo
porque te chingo el trabajo,
te chingo el coche
o te chingo la morra bajo la luna,
pero qué quieres que sea,
luego no es mi culpa
si tu mujer tiene por apellido
Pompilio, como Numa.
Ey, dices que soy feo,
que apesto como una rata.
amigo, eres un naco y estúpido,
y sobre todo, no eres Paul Newman.
Y apenas me roza tu ficción
y me meo en tu show que va sin problemas
como el de Truman.
Ey, tengo nostalgia de mi luna ligera.
Recuerdo una noche,
las estrellas de una bandera, pero era,
una esperanza era, una frontera era,
la primavera de una nueva era, era, era.
"Tonto, te llenamos de baratijas
a cambio de tu estado de libre súbdito".
¡No! Es una propuesta inoportuna:
¡Quédate la tierra, hombre, yo quiero la luna!
Yo no estoy sano.
Yo no estoy enfermo.
Yo no soy verdadero.
Yo no soy falso.
Yo no te traigo desgracia ni fortuna.
Pero yo sí te llevo
a la luna.
Pero yo
vengo
de la luna.
Pero yo
vengo
de la luna.
Pero yo, yo, yo...
[
It's Måneskin, yeah!
]
No fue fácil encontrarme aquí.
Era un huésped inesperado,
peso indeseado, rendido,
y cómplices satélites que
reflejan un bienestar artificial,
sí, artificial, ey.
Luna bajo la cual hablar de amor.
Tú caliéntate en casa
enfrente de tu televisor.
La verdad en tu mentalidad
es que la ficción es mejor que la vida real,
que en cambio es imprevisible,
y no es el fruto de algo ya escrito
sobre un libro que ya leíste todo.
Pero yo, yo, yo no, yo, yo, yo...
Yo vengo de la luna,
pero yo vengo de la luna,
yo vengo de la luna,
yo vengo de la luna.
Música buena para todas las lenguas 