[
Uh, uh-uh
Uh, uh
]
Hola, soy Ícaro, creo, no recuerdo.
Corro en mi laberinto,
una hora de receso al día.
Estoy aquí desde hace un siglo,
en el suelo como un pétalo
moriré con dos mil espinas en el cuello.
Acusado justamente de libre albedrío,
un crimen que al poder siempre da fastidio.
Porque soñé en volar demasiado alto,
porque pensé que cada hombre sobre la tierra es un santo.
Si ya todo está prohibido, me vale y canto, (ah)
me vale y canto.
Ícaro es libre, libre,
en el cuerpo y el espíritu,
libre, libre, sí,
incluso si no lo dicen.
Ícaro es libre, libre,
en el cuerpo y el espíritu.
Ícaro es libre, sí.
Total, las noticias, ya sabes, vuelan.
No es como dicen, lo peor tal vez sea otra cosa.
Mientras nadas en Miconos, yo me aguanto el llanto.
Detrás de estos muros baja un cielo de cobalto.
Yo no veo gris porque miro solamente en alto.
Me cortaron las alas a punta de tijera,
para no dejarme volver nunca las ganas de volar.
Pero incluso si estoy quieto, sabes, me llega el viento.
Incluso si estoy detenido, yo ya no estoy aquí adentro.
Porque elegí volar otra vez demasiado alto,
seguro de que cada hombre sobre la tierra es un santo.
Ícaro es libre, libre,
en el cuerpo y el espíritu,
libre, libre, sí,
incluso si no lo dicen.
Ícaro es libre, libre,
en el cuerpo y el espíritu.
Ícaro es libre, sí.
Y no retrocede un centímetro.
Porque el vuelo es
un pensamiento que
no se puede detener
en una estatua esculpido,
ni escrito en un mural.
Y, más libre que el aire,
puede hacer daño,
pero es la única cosa que,
cosa que, cosa,
pero es la única cosa que,
cosa que, cosa,
pero es la única cosa
que aun así te puede salvar.
Ícaro es libre, libre,
en el cuerpo y el espíritu,
libre, libre, sí,
incluso si no lo dicen.
Ícaro es libre, libre,
en el cuerpo y el espíritu.
Libre, libre, sí.
Total, las noticias, ya sabes, vuelan.